Las instalaciones de calderas son cada vez más seguras, aunque necesitan mantenerse en perfecto estado con revisiones periódicas para evitar problemas como una mala combustión y una posible fuga de gas.
Las calderas de gas son cada vez más habituales en España. De hecho, se instalan más de siete millones de calderas de este tipo en nuestro país al año. Una tendencia al alza durante los meses de frío.
Aunque las instalaciones de gas son cada vez más seguras, sí necesitan de una atención mínima. Antes de poner en marcha la caldera, especialmente si ya contábamos con una instalación que ha estado en desuso durante los meses de verano es muy importante que revisemos la instalación para comprobar que todo esté en perfecto estado y evitar averías.
Una de las averías más peligrosas de las calderas es que se produzca una mala combustión, ya que, aunque no es habitual, podría causar un grave accidente por exceso de monóxido de carbono.
Hay algunos síntomas que nos pueden indicar que la combustión no se está produciendo correctamente:
-Si la llama de la caldera es de color azul y constante, significa que la combustión se está produciendo de forma correcta. Por el contrario, si está de color anaranjado o amarillo, será mejor que llames al servicio técnico de Klimia (con enlace a la página de contacto) para que podamos comprobar in situ que no existe ningún problema.
-Igualmente si aparecen manchas amarillas o marrones alrededor de la llama también significa que algo no va bien.
–Si el indicador de combustión se apaga a menudo o está siempre en rojo, también es importante que revisemos la instalación.
Fuga de gas por una mala combustión de la caldera
Una de las consecuencias más graves de que la caldera no realice una buena combustión es que se produzca una fuga de gas. Si comienzas a sentir olor a gas probablemente es que se esté perdiendo por la caldera. En este caso es importante que cierres la salida de gas, abras las ventanas y puertas para ventilar la habitación y sobre todo no enciendas ningún dispositivo o llama, ni siquiera el teléfono móvil o interruptores.
Por este motivo, siempre es importante que las calderas se instalen en habitaciones con buena ventilación. Revisa además, que las rendijas no estén taponadas.
Síntomas de intoxicación de gas
Si sufres una intoxicación por monóxido de carbono puedes sufrir vómitos, mareos y sudoración. Si estás cerca de una caldera y comienzas a sentir estos síntomas, abre las ventanas y llama a atención sanitaria.
Pero lo mejor es evitar estas peligrosas situaciones con una buena revisión. El servicio técnico de Klimia es especialista en la instalación y revisión de calderas en Gandia y comarcas de La Safor y la Marina. No dudes en ponerte en las mejores manos, tu salud está en riesgo.