Durante el invierno nos asaltan algunas preocupaciones que tienen que ver con la temperatura. Queremos mantener nuestros hogares confortables, a una temperatura adecuada. Tratamos de que las facturas no se excedan a final de mes en invierno. Es por ello por lo que durante estos meses tratamos de controlar el gasto lo máximo posible y evitar malgastar energía que incremente el desembolso destinado a mantenimiento del hogar.
En este artículo te indicamos algunas propuestas que pueden ayudarte a mejorar la eficiencia energética y minimizar en la medida de lo posible las facturas durante esta época del año.
- Llevar un buen mantenimiento del sistema de calefacción es un punto clave, independientemente del método utilizado. Debemos de vigilar su correcto funcionamiento y realizar las tareas de mantenimiento necesarias, algunas de ellas las podremos realizar nosotros mismos, como por ejemplo purgar los radiadores conforme explicábamos en nuestro post anterior. Hay otras tareas también necesarias, al menos una vez al año como son, limpieza del quemador o comprobación de estanquidad, entre otras. Estas deben realizarse por una empresa homologada.
- Todos los espacios con calefacción tienen que estar en uso. Para optimizar el funcionamiento del sistema de calefacción instalado en nuestro hogar hay que tener en cuenta entre otros aspectos, las habitaciones que están ocupadas y las que no. No es necesario tener encendidos los radiadores en habitaciones que no se usan. En aquellos espacios que no se usen se pueden apagar los radiadores y mantener la puerta cerrada, así solo se calentarán las estancias necesarias.
- El calor debe fluir sin impedimentos. Por este motivo, no se deben cubrir los radiadores ya que se obstaculizaría la emisión del calor, por lo que hay que evitar colocar muebles delante o cortinas que los cubran.
Todas estas medidas acompañadas de un buen aislamiento determinan en gran parte la eficiencia de nuestro sistema de calefacción. También hemos de tener bien selladas las ventanas. Las filtraciones de aire a través de las ventanas son uno de los principales factores que influyen en la temperatura de nuestra vivienda.
Con una carpintería de calidad y adecuada a las necesidades de nuestra vivienda aumentaremos el confort y resultará más eficiente. Entre las ventajas que obtendremos de la instalación de unas buenas ventanas se encuentran la reducción de esas molestas filtraciones de aire exterior hacia el interior y además se reduce considerablemente la aparición de humedades y problemas derivados de las mismas.
Y para lograr que el confort del invierno no esté reñido con tu bolsillo, se ofrecen subvenciones para la rehabilitación energética de edificios o se ponen en marcha los planes “Renove” de calderas de las comunidades autónomas.
Además, es conveniente que revisemos el contrato que tenemos con nuestra compañía eléctrica y lo comparemos con el resto de las opciones del mercado, para evaluar si contamos con la oferta que más se ajusta a nuestro consumo y necesidades.